sábado, 6 de junio de 2009

EL GOLEM


El Golem deambulaba por los callejones del gueto soñando con que su rabino olvidara borrar la primera letra de la palabra sagrada “emeth”. Total, tampoco su vida era una gran cosa. Aparte de barrer y fregar la estancia de su señor, no hacía demasiado daño. Tan sólo asustar a niños, viejas timoratas y sucios usureros. Y siempre que esto pasaba y se formaban motines amenazando con su linchamiento, terminaba escondido en las alcantarillas, asomando la cabeza y su largo cuello por el urinario, sin más visión que las sucias vergas de los judíos pobres de Praga.

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